En ceremonia solemne, se inscribió en el Muro de Honor del Senado de la República las leyendas “Felipe Carrillo Puerto, Benemérito del Proletariado, Revolucionario y Defensor del Mayab” y “Elvia Carrillo Puerto, Sufragista y Defensora de los Derechos de las Mujeres”.
La presidenta de la Mesa Directiva, Ana Lilia Rivera Rivera, expresó que Felipe Carrillo Puerto y Elvia Carrillo Puerto son dos figuras que han dejado una huella imborrable en la lucha por los derechos de las personas más desprotegidas de nuestro país.
Refirió que Felipe Carrillo se involucró en actividades de apoyo a las reivindicaciones del pueblo maya, también se adhirió al “maderismo” y formó parte de las filas zapatistas. Entre su trayectoria política, destacó que presidió el Partido Socialista Obrero, militó en el Partido Comunista Mexicano y formó parte del buró latinoamericano de la Internacional Comunista.
Agregó que en febrero de 1922 rindió protesta como gobernador de Yucatán, administración que se caracterizó por el mejoramiento constante a favor de las masas obreras y campesinas, así como de las mujeres y los niños.
La legisladora precisó que, el también llamado “Apóstol rojo de los mayas” murió fusilado en Mérida, el 3 de enero de 1924. Además, destacó que para reconocer la trascendencia de este ejemplar personaje, el Congreso de la Unión aprobó declarar el 2024 como “Año de Felipe Carrillo Puerto Benemérito del Proletariado Revolucionario y Defensor del Mayab”.
Para el caso de Elvia Carrillo Puerto, la senadora dijo que desde temprana edad, la defensora de los derechos de las mujeres, se percató de la desigualdad entre las clases sociales y aprendió la noción de igualdad de género, por lo que para 1912 fundó la primera organización femenina de campesinas.
Ana Lilia Rivera expresó que su activismo fue incansable, participó también en la fundación de las ligas de resistencia feminista y llamó a las mujeres a organizarse y a apoyarse en temas urgentes, como el derecho al voto, el control de natalidad y la búsqueda de la libertad.
Destacó que también fue conocida como “la Monja Roja”, quien nunca retrocedió en su lucha por los derechos de las mujeres; esfuerzo que rindió frutos cuando en 1953 el presidente de la República propuso la iniciativa para cambiar el artículo 34 constitucional, para reconocer el derecho de las mujeres como votantes en todas las elecciones.
La senadora subrayó que el Senado de la República entrega cada año el “Reconocimiento Elvia Carrillo Puerto”, para rendir un homenaje a aquellas mujeres que se han destacado en la lucha social, cultural, política y económica a favor de los derechos de las mujeres, para lograr una igualdad de género en nuestro país.
En tribuna, Verónica Noemí Camino Farjat, senadora de Morena y promovente de las leyendas, dijo que es fundamental mantener vivo el legado histórico y político de Felipe y Elvia Carrillo Puerto, porque sólo así se podrá plasmar dicho mandato en el actuar de la Cuarta Transformación, “con nuestros pensamientos, palabras y acciones”.
Precisó que los ideales y las convicciones de ambos eran tan firmes, que tenían un poderoso respaldo del pueblo. Pues Felipe Carrillo, indicó, siempre mencionó que su adhesión era con todo aquel país cuyos pueblos querían defender el derecho de las y los trabajadores; y Elvia Carrillo tuvo siempre una gran pasión por la política, la lectura y la educación.
El también promovente de las leyendas, el senador Raúl Paz Alonzo, de Morena, recordó que Felipe Carrillo Puerto fue un obrero, político, líder campesino y social, que aspiraba a transformar la vida de los más necesitados de Yucatán; además, de que su gestión fue progresista, abanderó la causa de izquierda, promovió el reparto agrario, la educación, la cultura, los derechos laborales del pueblo maya y de las mujeres.
Destacó que Elvia Carrillo Puerto fue una luchadora social que dejó un legado para que los derechos políticos de las mujeres fueran reconocidos, y se opuso a que fueran consideradas inferiores. Recorrió Yucatán con su discurso feminista, e impulsó temas como el sufragio de ellas, el control de la natalidad, la igualdad en la participación política, la justicia social y de la democracia.
En tanto, el gobernador electo de Yucatán, Joaquín Díaz Mena, recordó los esfuerzos de Felipe Carrillo por integrar a los pueblos mayas en la construcción de un país más justo y equitativo. Su lucha contra los hacendados de la época, subrayó, nos recuerda que a lo largo de la historia mexicana el poder económico se ha resistido a los cambios cuando se lucha por los derechos de los más pobres.
Afirmó que, gracias a la semilla que sembró Elvia Carrillo Puerto, por los derechos de las mujeres, actualmente ellas ocupan cargos importantes de decisión en el gobierno, los Congresos e instituciones, y próximamente la presidencia de la República. “Necesitamos recordar y honrar a aquellos que, como Felipe y Elvia, dedicaron su vida a luchar por un México más justo. Su legado nos guiará en nuestra misión de transformar Yucatán”.
Zulai Marcela Fuentes Ortega, familiar de Felipe y Elvia Carrillo Puerto, recordó que “la monja roja del Mayab” se destacó por llevar al debate público nacional temas como el sufragio femenino, el control de la natalidad y la educación mixta, laica e igualitaria entre los sexos.
Destacó el hecho de que los nombres de estos héroes de la revolución se preserven en el Muro de Honor del Senado de la República, porque sus ideas, ideales y acciones libertarias en defensa de los desfavorecidos representan una fuente de inspiración para las nuevas generaciones.
Carlos Bojórquez Urzaiz, presidente del Comité Pro Centenario del Asesinato de Felipe Carrillo Puerto, destacó la importancia de recuperar la obra del personaje histórico, al recordar que el “Mártir del Proletariado Nacional”, luchó para que los indígenas consiguieran su libertad económica, fueran reconocidos sus derechos, y formaran parte de la nación mexicana sin perder su identidad cultural, lingüística, sus formas de organización independientes, sus tradiciones y costumbres.
El historiador dio a conocer parte de la vida de Carrillo Puerto y recordó que, en 1922, cuando era gobernador de Yucatán, implantó la costumbre de distribuir y repartir entre los niños pobres de las comunidades mayas y de los proletarios, libros de texto gratuitos. Además, impulsó una avanzada ley laboral que garantizaba el derecho de huelga sin la necesidad de arbitraje, así como la semana laboral de 40 horas, entre otras políticas progresistas que impulsó durante los dos años que duró su administración.